Quien vea que el partido terminó con 4-1 pensará que el Marbella se dio un plácido paseo ante el Sevilla Atlético. Nada más lejos de la realidad. El filial sevillista compitió de principio a fin a pesar de las chinitas que le puso en el camino el colegiado balear Bestard Servera, que le perjudicó de manera tremenda con las expulsiones de Castrín y Darío en un tramo de partido en que los sevillistas estaban mejor que su rival.
El Sevilla no se arrugó pese a cargar con semejante mochila y hasta puso de los nervios a un Marbella que, finalmente, pudo respirar por la calidad de sus jugadores en una plantilla muy bien construida para pelear por los puestos altos. El resultado es engañoso. Los sevillistas no merecieron tanto castigo. Ni del Marbella ni del árbitro.
Dos expulsiones decisivas
La realidad es que el choque quedó condicionado por las dos expulsiones sufridas por el filial sevillista en apenas 12 minutos antes mencionadas. La primera por una falta de Castrín sobre Callejón que, como mucho, era amonestación. La segunda por doble amarilla de Darío, igualmente excesiva. De manera injusta el Sevilla Atlético se quedaba con nueve jugadores. No fueron los únicos. El técnico sevillista, Jesús Galván también se fue al veatuario por adelantado.
A pesar de semejante penitencia el equipo de Jesús Galván mantuvo la cabeza alta y continuaba dando problemas al Marbella. En la última jugada de la primera mitad un potente disparo de Jorge Álvarez bota por detrás de la línea de gol tras estrellarse en el larguero según determina el árbitro. El tanto, polémico, es protestado con vehemencia por los sevillistas, pero sube al marcador.
A los 52′ el Marbella doblaba su ventaja con un acierto de Aitor Puñal que cazó una pelota suelta tras una falta lanzada por Callejón. Con semejante distancia y dos jugadores más, parecía que el equipo de Fran Beltrán estaba destinado a noquear a su oponente por la vía del KO.
Pero el Marbella se confía y el Sevilla no baja los brazos. A los 62 el belga Satanis Idumbo, un gran jugador en dinámica de primer equipo se va en velocidad y cruza lejos del alcance del cancerbero local. Con los marbellíes despistados los visitantes tienen una gran ocasión para obtener el 2-2. El disparo de Antonetti se estrella en la base de poste izquierdo de Dani Martín. La acción es protestada por los nervionenses, porque entienden que la bola ha podido rebasar la línea.
El Sevilla Atlético es un coloso que se sobrepone a tantos obstáculos, pero Bestard sigue empeñado en irritarle. Un piscinazo, a lo Michael Phelps de Pablo Muñoz es sancionado como penalti. Corre el minuto 66′. Alberto Flores detiene la pena máxima lanzada por Callejón. De nuevo Flores amarga a Callejón con otra colosal parada a los 75′.
Pasa el tiempo y el gigantesco esfuerzo del Sevilla hace que, por momentos, no se note que está con dos menos. De hecho, avanza líneas en busca de la épica, A los 79′ una gran jugada de Genar Fornés con pase de la muerte, es convertida en el 3-1 por Callejón. El de Motril, por fin, superaba a Alberto Flores.
Ni en esas circunstancias los de Galván vuelven la cara. Mas a los 89′ Marcos Peña, jugador cedido por el Almería y destinado a triunfar anota un sensacional tanto desde fuera del área para sellar el definitivo 4-1 que pone a los marbellíes a tiro de liderato si el miércoles ganan su partido aplazado al Antequera.
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